La interacción entre los sujetos en la educación mediada tecnológicamente, contempla nuevas formas de
comunicación y, por lo tanto, formas alternativas de enseñanza y aprendizaje en
donde se redimensionan los recursos y los procesos que intervienen en la
educación. En un acto educativo mediado tecnológicamente se reconfigura la
relación entre los sujetos debido a que
se requieren ambientes de aprendizaje en los que se promueve la participación,
el diálogo continuo, el trabajo colaborativo. Aquí el docente adquiere un rol
de moderador, facilitador del aprendizaje y la autonomía en sus estudiantes.
En un ambiente virtual, la figura del profesor no es indispensable en el
aprendizaje así como tampoco lo fue, lo es o lo será la escuela. Ya sus
prácticas escolares cotidianas se virtualizan, de hecho, él mismo se virtualiza.
Al adoptar un rol partícipe de los ambientes o escenarios virtuales de
aprendizaje todo aquello que se resolvía mediante lo verbal y lo no verbal por
parte del docente, esa relación con los objetos, los sujetos y los espacios no
es que haya desaparecido en los ambientes mediados o en las redes, sino que se
transforma, se virtualiza.
Y en esas transformaciones en las dinámicas comunicativas, el moderador evidentemente
se hace a un lado, asumiendo que este
“hacerse al lado” no es abandonar, sino más bien, dejar de controlar la
actividad discursiva en los procesos de enseñanza y aprendizaje. Este papel
promueve actitudes metacognitivas en los sujetos participantes.
Esta premisa invita a trascender en la práctica pedagógica y a
resignificar el rol del docente, donde ocupe una silla más en el aula de clase,
siendo acompañante y doliente del proceso de aprendizaje.
Este proceso puede permitir un nuevo entorno humano y artificial de comunicación, donde el docente se encuentra en apertura de "ser primero aprendiz antes que ser facilitador, y por lo tanto moderador".
Este proceso puede permitir un nuevo entorno humano y artificial de comunicación, donde el docente se encuentra en apertura de "ser primero aprendiz antes que ser facilitador, y por lo tanto moderador".
Hola Gerardo, me parece muy puntual tu intervención.
ResponderEliminarEfectivamente , el rol del docente se ve alterado con la incursión de las tecnologías de comunicación y comunicación en el ámbito educativo y las múltiples posibilidades de interacción que ofrecen.
En este sentido, el docente debe pensarse en términos de lo que enseña y cómo lo enseña y adoptar nuevas estrategias metodológicas en las que el protagonismo no esté centrado en él sino en cada uno de los participantes, quienes desde sus experiencias generan y nutren las redes de construcción de conocimiento.
Este cambio de rol no es tarea fácil, y como tu bien lo dices, debemos asumir primero el papel de aprendices para luego intervenir nuestras prácticas de manera consciente y convertirnos en moderadores, en "docentes del lado"
Gerardo, es cierto que el rol del docente se transforma en estos ambientes, pero la afirmación que haces de que NO ES INDISPENSABLE, es bastante riesgosa, pues se requiere de un moderador para disponer la enseñanza como proceso planificado y orientado desde las TIC. Se requiere de de un maestro para los procesos de enseñanza y aprendizaje.
ResponderEliminarProfesor,
ResponderEliminarAl afirmar en mi entrada que en un ambiente virtual, la figura del profesor no es indispensable, me refería a su presencia física.De hecho, en el mismo párrafo aclaro que sus prácticas escolares cotidianas se virtualizan, de hecho, él mismo se virtualiza. Con esto quiero decir que es necesario de un docente para jalonar los procesos involucrados en el acto educativo. Las transformaciones en las dinámicas comunicativas no anulan el rol del docente sino que lo redefine al dejar de ser el protagonista y controlador de las interacciones que se desarrollan en los procesos de enseñanza y aprendizaje.