sábado, 25 de octubre de 2014

Sesión 3: La Evaluación como Acto de Terrorismo Académico y Emocional

Examen, evaluación, previa, quiz: son términos que me generaron numerosos episodios de nerviosismo en el colegio, pues la mayoría de mis docentes utilizaban este recurso para medir lo que debimos haber aprendido en sus clases, e incluso como medida disciplinaria cuando el grupo no seguía las normas de clase.

Sin embargo, en muchas ocasiones ese propósito no se llevaba a cabo pues a muchos de nosotros el hecho de sentirnos presionados a responder algo (casi siempre memorístico y aislado de la realidad)  nos llevaba a actuar de maneras insospechadas: entrabamos en pánico, sentíamos que se nos bloqueaba la mente, o simplemente, si  nos invadía la inspiración y no nos sentíamos presionados recordábamos todo y empezábamos a desplegar una a una las respuestas que sabíamos muy bien que los docentes esperaban. 

De igual manera actualmente los sentimientos que emergen ante la palabra " Evaluación", no han cambiado mucho. Los jóvenes aún  le temen. Pero ¿Cómo no experimentar esos sentires si la gran  mayoría de los docentes recurren a ella como un método de verificación más no de proceso? Y es esto último, lo que realmente se debe evaluar, es decir, el proceso, ya que es muy común encontrarse con estudiantes en el aula que presenten inconvenientes en la comprensión de ciertos temas, los cuales se pueden dar por diversos factores tales como: la falta de explicación, poca concentración, problemas familiares, emocionales, etc. que condicionan los procesos relacionado con el aprendizaje.


De ahí el que se evalúe un sólo momento en la adquisición del conocimiento es un gran  error, pues está demostrado que el aprendizaje es un proceso y, como tal, es objeto de constantes transformaciones que van acompañadas con las experiencias. Por lo tanto, más que hablar de evaluación lo que debería hablarse es de Valoración. A los estudiantes se les debe reconocer por  lo que son y  lo que llegarán a ser; por lo que saben y sabrán, incluso se les debe valorar sus, sus deseo, dudas e inquietudes que más que impedimentos son los estímulos en el acto educativo, en el cual los docentes debemos actuar como orientadores que les muestren diversas rutas hacia el conocimiento. Por tal razón, con el propósito de que el estudiante tome parte activa dentro de su proceso de aprendizaje, resulta pertinente contemplar la autoevaluación en nuestras prácticas, teniendo en consideración que ellos son una facultad necesaria e innata en todos los seres humanos.

2 comentarios:

  1. Gerardo, aquí sí veo los referente a la evaluación, quizás te extendiste más en otros asuntos en las reflexiones anteriores. Sería interesante conocer una experiencia de evaluación significativa en tu proceso de formación.

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    1. Profesor, ya realicé el ejercicio de publicar y reflexionar sobre una experiencia de evaluación en mi formación.

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